El tiempo

Una curación lenta y controlada en nuestros secaderos naturales.

En penumbra y en silencio se emprende una labor donde la sal marina es la única invitada. Aquí no tiene cabida ningún otro aditivo, porque solo la sal entiende el arte de la conservación natural. Blanca y cristalina, solo su pureza es capaz de acompañar al sabor del jamón ibérico.
Con la maduración en secaderos naturales comienza un proceso Iargo, paciente, vigilante… donde jamones, paletillas y embutidos van adquiriendo su equilibrio. Aunque cada instante anuncia nuevas maravillas, se necesitan años de armonía para convertir cada pieza en una obra maestra.

Las fases del proceso de curación

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Salazón

El inicio de todo el proceso, el secreto de una simbiosis entre el jamón y la sal marina para deshidratar cada pieza de forma natural, sin aditivos ni conservantes.

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Post salado

Un equilibrio entre temperatura y humedad para que la sal se introduzca lentamente en cada pieza, iniciando un proceso que, con el tiempo, culminará en un ejemplar irrepetible.

Secaderos naturales

El más largo y delicado proceso se crea en nuestros secaderos naturales, donde el jamón sufre las variaciones climáticas de las cuatro estaciones con un sistema artesano -tan ‘simple’ como abrir y cerrar ventanas- que hace única a cada pieza.

bodega

Bodega

Y la magia del tiempo surge en bodega. Una fase lenta, bajo tierra, con condiciones naturales más estables para que adquiera sus propiedades tan características de sabor, olor, color y textura.

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