Larga vida

… la que nos ofrece un jamón excepcional, inigualable en el mundo.

El jamón ibérico es uno de los mayores tesoros de la gastronomía española, un manjar que alimenta el cuerpo y el alma. Además, sus elevados índices de ácido oleico lo convierten en uno de los alimentos más saludables de la dieta mediterránea.
El consumo de jamón ibérico tiene efecto antioxidante debido al alto porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados, el ácido oleico y a otros componentes del jamón como la vitamina E y la carnitina rica en la bellota.

El alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados reducen los niveles de colesterol total y de lipoproteínas de baja densidad (LDL) -conocido como colesterol malo- y aumentan el nivel de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), popularmente llamado colesterol bueno.

Reducen los niveles de triglicéridos. Los triglicéridos altos pueden contribuir al endurecimiento de las arterias o al engrosamiento de las paredes arteriales (arterioesclerosis), lo que aumenta el riesgo de sufrir accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y cardiopatías.

Más del 50 % de los ácidos grasos totales corresponden al ácido oleico. Es un ácido graso monoinsaturado de la familia omega 9 con múltiples propiedades saludables.

Bajo aporte calórico.

Alto contenido de proteínas. Contiene todos los aminoácidos esenciales que no podemos sintetizar y que nuestro organismo precisa.

Alto aporte de ácidos grasos monoinsaturados.

Se tiene que tener en cuenta el contenido de minerales, destacando el hierro, que se caracteriza por su fácil absorción en comparación con el hierro vegetal, que es de más difícil asimilación. El zinc, potasio, calcio y fósforo son otros minerales que nos podemos encontrar en el jamón.

No nos tenemos que olvidar del aporte de vitaminas, especialmente del grupo B, tiamina (B1), riboflavina(B2), piridoxina (B6) y niacina(B3).

El consumo de jamón ibérico tiene efecto antioxidante debido al alto porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados, el ácido oleico y a otros componentes del jamón como la vitamina E y la carnitina rica en la bellota.

El alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados reducen los niveles de colesterol total y de lipoproteínas de baja densidad (LDL) -conocido como colesterol malo- y aumentan el nivel de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), popularmente llamado colesterol bueno.

Reducen los niveles de triglicéridos. Los triglicéridos altos pueden contribuir al endurecimiento de las arterias o al engrosamiento de las paredes arteriales (arterioesclerosis), lo que aumenta el riesgo de sufrir accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y cardiopatías.

Más del 50 % de los ácidos grasos totales corresponden al ácido oleico. Es un ácido graso monoinsaturado de la familia omega 9 con múltiples propiedades saludables.

Bajo aporte calórico.

Alto contenido de proteínas. Contiene todos los aminoácidos esenciales que no podemos sintetizar y que nuestro organismo precisa.

Alto aporte de ácidos grasos monoinsaturados.

Se tiene que tener en cuenta el contenido de minerales, destacando el hierro, que se caracteriza por su fácil absorción en comparación con el hierro vegetal, que es de más difícil asimilación. El zinc, potasio, calcio y fósforo son otros minerales que nos podemos encontrar en el jamón.

No nos tenemos que olvidar del aporte de vitaminas, especialmente del grupo B, tiamina (B1), riboflavina(B2), piridoxina (B6) y niacina(B3).

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